Primero se las ponían nada más cazar, pero
como no olían muy bien, aprendieron a secarlas al sol, lavarlas con agua y golpearlas
con piedras.
Cosían con agujas hechas con huesos y, como hilo, usaban tendones de animales.
También nos contaron que se
hacían ropa cómoda para poder moverse rápido, y que usaban mochilas que se
hacían con hojas y pieles atadas a un palo.
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