El proyecto La Caja de mi Vida sigue llenando de magia nuestra aula. Las exposiciones de cajas siguieron con la misma alegría y emoción con la que lo habían hecho los primeros compañeros. Hemos seguido viendo en nuestras aulas esos objetos que guardan pedacitos de sus vidas: chupetes, ropita de bebé, ecografías, peluches y fotos llenas de recuerdos.
Para compartir nuestro pasado, hemos hablado de cómo era nuestra familia antes de nacer nosotros. Con mucha curiosidad, algunos nos han contado cómo se conocieron sus papás y cómo los esperaban. ¡Incluso nos hemos dibujado dentro de la tripa de mamá!
Nos hemos dado cuenta de lo mucho que hemos cambiado. Hemos hablado sobre algunas cosas que sabemos hacer ahora y que antes ni imaginábamos que fuéramos capaces de hacer. También hemos compartido nuestros gustos actuales: color favorito, la comida que más les gusta, los juguetes que les encantan y los juegos que disfrutan con sus amigos. También hemos compartido aquello que nos asusta o nos pone nerviosos, aprendiendo a escuchar y a respetar las emociones de los demás.
Pero no nos hemos quedado ahí. Hemos intentado "soñar" el futuro... Con los ojos cerrados, hemos visualizado cómo seremos dentro de unos años, a qué nos dedicaremos... Cada niño se imaginó siendo aquello que sueña ser cuando sea mayor: médicos, profesores, veterinarios, deportistas, artistas...
Este proyecto nos ha enseñado a mirar con ternura hacia atrás, a valorar nuestros cambios y a conocernos mejor en el presente y a mirar hacia adelante con ilusión. Y además, hemos querido que vivieran lo importante que es compartir y escuchar las historias de quienes nos rodean.
Cerraremos cada uno nuestra Caja de Vida con más recuerdos, aprendizajes y sueños, porque crecer es precisamente eso: sumar experiencias y seguir imaginando todo lo que queremos ser.